miércoles, 29 de marzo de 2017

LA OROTAVENSE FAMILIA “LINARES” EN MARTIÁNEZ DEL PUERTO DE LA CRUZ



El amigo de origen orotavense, natural de Las Palmas de Gran Canarias; MIGUEL RAMOS LINARES remitió entonces (Marzo del 2017), estas notas y fotografía: “…María (hermana de Cristina), Cristina. Del grupo de niños; la que está de pie es; Carmita Trujillo Díaz. En la arena; Semi Salamanca de la Peña, Lolita Linares Coronado, Tito Linares Coronado y Antoñita Linares Pérez.…”
Panorámica tomada frente al famoso Charco de “La Soga”, en la Playa de Martiánez del Puerto de la Cruz, al mediado de los años cincuenta del siglo XX.
Me llama la atención y me viene a la memoria infantil, la recordada “Cristina” que era una señora más de la familia “Linares”, vecinos de mi infancia y primera juventud en la modular de la histórica calle El Calvario, que posteriormente apareció otra señora llamada “África”.
Familia, querida, en la que formé parte de su vecindario, parecíamos estirpes y casi hermanos.
El recuerdo de tener una madre; doña Edelmira Linares Álvarez, y en la mente opaca por la infancia, a la abuela y patriarca de la Mansión; doña María Álvarez González, su fallecimiento me impactó siendo un niño juguetón, ya que la mágica amistad de la infancia y vecindad con mi intimo amigo y querido; Francis Trujillo Díaz, con el que compartí en la vida; el juego infantil entre casas, entre azoteas, entre tejas y entre patios era evidente. Que recuerdos me vienen a la memoria.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL



martes, 28 de marzo de 2017

EL DEBUT EN LA TERCERA DIVISIÓN. EL DÍA 7 DE SEPTIEMBRE DE 1980.



De pie, de izquierda a derecha: Alfonso Rivero (flamante Entrenador), José Antonio, José Luis II, Carmelo, Chicho I, José Luis I, Chicho II (El Rubio), y Jorge Álvarez (Delegado). Agachados: Felipe Martín (Masajista), Socas, Esteban, Orlando, Chani y Toño.

El amigo de Telde (Gran Canarias), José Juan Santana, me acaba de conseguir la crónica publicada el día 9 martes, de Septiembre de 1980, en el periódico ECO DE CANARIAS (Las Palmas), correspondiente a esta recordada fotografía del UD. Orotava en el Estadio orotavense Municipal Los Cuartos, cuando realizó su debut en la entonces reciente Tercera División Nacional (grupo canario), cuyo entrenador era el amigo y convecino de la Villa Alfonso Rivero que fue jugador profesional de fútbol, comenzó en el juvenil Plus Ultra de don Chile. Emigró a Venezuela con su familia. Al regreso ficha por varios clubs; UD Orotava, CD. Puerto Cruz, CF. Castellón, CF. Badalona, CF. Europa, Atlético Madrid y Rayo Vallecano. Y que empataron a un gol con el UD Telde de Las Palmas. Recuerdo asistir a este encuentro como novedad de la puesta en marcha de la Tercera División Canaria de fútbol español, que se celebró el primer domingo de septiembre del año 1980, y por la noche regresaba en procesión El Cristo El Calvario (La Piedad del escultor orotavense  Estévez de Sala) a su Ermita de la villera plaza La Paz, en la festividad septembrina. En esa jornada, un servidor se despedía de su Orotava (provisionalmente), para trasladarse con su familia (Señora e hijo mayor) a la ciudad Onubense de Minas de Riotinto (Provincia de Huelva), donde iba destinado por oposición de Profesor de Tecnología Administrativa al Instituto de Formación Profesional de dicha ciudad andaluza.
Ha llovido desde que comenzó la andadura de la Tercera División del grupo Canario, que en principio fue muy poco diputada (aburrida) en cuanto al juego y competición se refiere. A lo largo de los años, se fue convirtiendo en una categoría totalmente materializada, que se le abrió la puerta de ascender a la segunda división B, a través de partidos previos, lo que protagonizó que muchos club de solera en el fútbol regional perdieran a sus aficiones acérrimas que llenaban hasta las banderas sus estadios pueblerinos, a sus futboleros y desvanecerse en el abismo de lo que en la historia había sido el fútbol regional canario. Los llenazos de los norteños estadios: Los Cuartos, El Peñón, Los Príncipes y El Molino, en aquellos gloriosos años del fútbol regional era evidente: “…  Hola Bruno, antes que nada felicidades por tu blog, que para mí es de gran interés porque me ha permitido conocer una parte importante de la historia de la Villa de La Orotava y de sus protagonistas. Te remito, a modo de curiosidad y anécdota, una breve crónica del primer partido que disputó el Orotava en categoría nacional - Grupo XII de la Tercera división nacional- precisamente con el Telde. Un saludo muy cordial…”
El ECO DE CANARIAS, en el apartado de “deportes” decía: “… Orotava 1 Telde 1. El Orotava y el Telde empataron a un gol en partido del grupo doce de la Tercera División, jugado esta tarde (7/9/80) en el Estadio  Municipal  de la villa orotavense.  Al descanso se llegó por 0 – 1 a favor del equipo visitante.  Arbitro: Carmelo González Vargas, de Tenerife, Regular. Alineaciones. Orotava. José Luis II, Chicho II, Carmelo, Toño, Bernardo (Yeyo), Chicho I, Fuentes (Ramón), Cipriano, Orlando,  José Luis I y Chani.  Telde: Gustavo, Montoya,  Juan Francisco, Tirado, Diego,  Suso, Tino (Hazan), Tino II, Ginés (Domínguez),  Juan Manuel y Barrera.  Los goles: 0- 1, 2 minutos de la primera parte. Barrera se adelanta,  antes la pasividad de la defensa.  1 – 1. 18 minutos de la segunda parte. Pase de Toño que José Luis eleva por encima de Gustavo.  Comentario. El Orotava cedió un punto antes el potente Telde, que sobre todo en el primer tiempo dio muestras de peligrosidad, intentando aprovecharse del nerviosismo local como consecuencia del gol encajado.  El juego fue equilibrado variando la tónica en el segundo tiempo cuando se vació el cuadro orotavense para nivelar la balanza.  La entrada de Ramón que hizo ganar en profundidad a su futbol, más ambicioso que el del Telde.  Conjunto que se replegó para mantener su ventaja.  El meta Gustavo hizo paradas de mucho merito y en la recta final al equipo grancanario volvió a atacar, aunque sin frutos…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

domingo, 26 de marzo de 2017

LA «CIUDAD TURÍSTICA» Y «LA RANILLA»



El amigo del Puerto de la Cruz;  AGUSTÍN ARMAS HERNÁNDEZ. Remitió entonces (Marzo 2017) estas notas que tituló; “LA «CIUDAD TURÍSTICA» Y «LA RANILLA»”: “…Estén seguros los lectores que no hablaré de Chernobyl, la lejana ciudad de Ucrania, en Rusia, y de sus espantosos efluvios, eso es deber de «los verdes», sino sobre un lugarcito cercano y muy conocido en este Valle de la Orotava. En todas partes o comarcas del orbe terráqueo, existen rinconcitos pintorescos o privilegiados, y por ende muy visitados tanto por los exóticos turistas cuanto por los propios compaisanos. Lugares de encuentro y distracciones, de charlas y sorpresas agradables.
 Pues bien, nuestro entrañable Puerto de la Cruz (antaño, «Puerto de Orotava»), siempre Marinero y agrícola, y hoy la «Ciudad turística» de Canarias; tan conocido y visitado por innumerables turistas, peninsulares y extranjeros, ha dejado ya de ser netamente marinero y agrícola, para convertirse en una población que vive casi exclusivamente del turismo. Los turistas (ya no se habla de peregrinos o romeros, como en otros tiempos) sin duda han traído, en estos 30 ó 40 años últimos, progresos y bienestar material a los portuenses, y obviamente a todas las siete islas. Pero, según enseña la sabiduría popular, no todo el monte es orégano, ni oro todo lo que reluce.
Cuando un famoso político de hace algunos años era ministro de Turismo, se decía como slogan: «España es diferente». Hoy día, por desgracia, ya no lo es tanto. Me refiero al terreno de la moral, pues en otras áreas todos nos alegramos de estar integrados plenamente en Europa; sí, la «vieja Europa», según expresan los americanos, admirando su antigua cultura y protagonismo en la historia del mundo. No le echemos toda la culpa a los extranjeros, pues somos suficientemente malos para romper todas las trabas y barreras. Lo cierto es que desde entonces se han, introducido en Canarias y en toda la nación modas y costumbres muy distantes de la moral tradicional, muchos se alegrarán de que se hayan roto todos los tabúes, pero recuerden por la historia, «maestra de la vida», que cuando en una nación! o reino se disuelven todas las leyes de la moralidad, sobre viene entonces la ruina de ese estado o imperio; según, nos enseña el filósofo Platón, por este motivo, la corrupción moral, llegó la destrucción de la Atlántida con sus atlantes. Y recordemos que creyendo a los eruditos, estos «siete peñones» son resto de ese continente hundido en tiempos del diluvio universal. Los ancianos recuerdan aquella honestidad de costumbres, rayando en lo tímido y lo pudoroso, y lamentan la presente perversión. Los jóvenes piensan que todo era cazurrería, hipocresía y asunto de mojigatos. Yo, que ahora tengo algunos años, querría permanecer equilibrado entre ambas. Lamento esta corrupción moral que acarreará pronto su castigo; pero también me alegro del progreso reciente y, en nuestro centro de estudios, me pongo al día sobre todo lo actual y novedoso. Para que no me consideren demasiado pesimista, no quiero insistir en que se ha perdido el amor al prójimo, la honestidad y la vergüenza. Cualquier persona inteligente lo reconoce. Vengamos por fin a «la Ranilla», la popular calle portuense, ¿quién no conoce en la isla este ranillero barrio marinero? mejor dicho, que era marinero, pues dejó de serlo. Claro que si por causas imprevistas, o «muy previstas para algunos», cesan los simpáticos turistas, ¿qué harían mis queridos convecinos?, ¿volverían a ser marineros y auténticos ranilleros, como nuestros padres y abuelos? Dejó esta calle de ser popular y bulliciosa, lo que atraía mucho a los visitantes, igual que la amabilidad y simpatía de la gente. ¡Aunque reconozco, en gracia a la sinceridad, que no todos los nacidos en ese barrio somos simpáticos! ¿Por qué ha venido la decadencia al famoso barrio de la Ranilla?, ¿será por haberse cerrado muchas calles al tráfico rodado, para convertirlas en peatonales? Eso por supuesto, pero creo, más bien, que fue por falta de viviendas. Muchas familias han tenido que trasladarse a otros barrios, dejando huérfana y solitaria esa popular calle portuense. ¿Conciben Vds. marineros, que no estén contactando siempre con el mar?, y Con este mar muy bravo y alterado frecuentemente, en el norte de la isla. ¿Volverán de nuevo el bullicio y la alegría a la Ranilla? ¿Será solamente un sueño, una ilusión? Sería un hecho, si los ediles municipales creyesen conveniente promover, para ellos, la construcción en ese barrio de bloques de viviendas junto al muelle pesquero, produciría la vuelta a casa de muchos marineros del citado barrio. ¡Qué en estas próximas fiestas en honor al Gran Poder de Dios y de la Virgen del Carmen, sean el preludio y comienzo de tan grata noticia!...”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL