El amigo de La Cuesta (La Laguna) – Puerto de la Cruz,
Licenciado en Historia del Arte
y Grado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona.
Actualmente residenciado en el Bajo Ampurdán – Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA remitió entonces (07/05/2017), estas notas y fotografía que tituló; “LA FIGURA DEL "MAGO" EN TENERIFE “: “…No sin cierta frecuencia suele aparecer en la prensa escrita canaria –cosa que no me parece justa- taimadas y comprometidas alusiones a la entrañable figura que para mí, todavía hoy, representa el “mago” en el seno de la cultura popular de las islas y a quien tanto le debemos por su total compromiso y entrega con la propia naturaleza y con los frutos que con su arduo trabajo diario ésta le proporciona siempre para ponerlos luego a nuestra entera y exigente disposición, -a pesar de los rapaces intermediarios-, en los distintos mercados de nuestros pueblos insulares. No habría que olvidar que la palabra Cultura, con mayúscula, proviene etimológicamente, de aquella otra que es, -también con mayúscula-, Agricultura y que en el penoso ejercicio de esta última, el “mago” sí que es considerado un hacha.
Actualmente residenciado en el Bajo Ampurdán – Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA remitió entonces (07/05/2017), estas notas y fotografía que tituló; “LA FIGURA DEL "MAGO" EN TENERIFE “: “…No sin cierta frecuencia suele aparecer en la prensa escrita canaria –cosa que no me parece justa- taimadas y comprometidas alusiones a la entrañable figura que para mí, todavía hoy, representa el “mago” en el seno de la cultura popular de las islas y a quien tanto le debemos por su total compromiso y entrega con la propia naturaleza y con los frutos que con su arduo trabajo diario ésta le proporciona siempre para ponerlos luego a nuestra entera y exigente disposición, -a pesar de los rapaces intermediarios-, en los distintos mercados de nuestros pueblos insulares. No habría que olvidar que la palabra Cultura, con mayúscula, proviene etimológicamente, de aquella otra que es, -también con mayúscula-, Agricultura y que en el penoso ejercicio de esta última, el “mago” sí que es considerado un hacha.
En consecuencia y a mi juicio, la figura
del “mago” se yergue, -mal que nos pese pero en justa medida, en eficaz
representación de una de nuestras distintas señas de identidad canarias, señas
de nuestra propia idiosincrasia insular y, por lo tanto, su supuesta tozudez,
recelo, desconfianza y desconocimiento frente a todo lo que el resto cree
elemental se encuentra irremisiblemente vinculado al genuino sentido común
activado con el que el hombre del campo se enfrenta a la propia naturaleza y
con el que afronta, además, los retos y requisitos planteados por
aquellos otros supuestos adalides de la llamada, con mayúscula, Cultura.
Cuando éramos niños, el “mago” siempre
nos pillaba. Aparecía de pronto, sigilosamente entre el maizal o de detrás del
tronco de una esbelta higuera y siempre, por sorpresa, nos cogía con las manos
en la masa. En las raras ocasiones en que no conseguía atraparnos, solía
gritar: ¡ya sé de quién eres!
Personalmente, yo sólo conocí a un
“mago”. Se llamaba Ismael y junto a su hermana María (de unos cincuenta años
ambos) se cuidaba en La Cuesta de una hectárea aproximada de huerta, de un par
de vacas que daban una riquísima leche y de un espléndido buey que tiraba
afanoso de un rudimentario arado con el que Ismael labraba el campo cuando
tocaba. Ambos trabajaban de sol a sol pero, -allá al atardecer-, a Ismael le
sobraba tiempo suficiente para ponerse al día leyendo en silencio los
periódicos locales e interesándose vivamente en sus tertulias con Doña Julia,
la “cubana”, por la marcha prometedora de la revolución en ciernes de Castro en
Cuba. Corrían los años cincuenta del pasado siglo XX y, efectivamente, Ismael
reunía todas las características típicas y tópicas atribuibles a un “mago” que
se precie citadas anteriormente pero, además de eso, resultaba ser siempre del
todo entrañable, amable, juicioso, honesto y, por si fuera poco, bien documentado.
Nunca supe a ciencia cierta, por
no habérselo preguntado en su día, si aquellas fértiles tierras regadas
copiosamente con el sudor de su frente eran de su exclusiva propiedad o si
bien, como otros muchos, sólo era el “medianero” de otra gente acomodada que,
casualmente, solía sudar muchísimo menos que él entonces pero, con toda
seguridad, muchísimo más ambiciosa también. Fuere como fuere, me consta
que Ismael se encontraba muy a gusto integrado en su trabajo, ejerciendo
fielmente el papel que le correspondiera en aquellos duros años de dictadura
como auténtico hombre de campo al que siempre y por desgracia tanto hemos
denostado gratuitamente y sin razón aparente durante tantísimos años.
Publicado por Blogger para ZOILOLOBO. retrodezcan...”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario