viernes, 12 de mayo de 2017

PEPE H. SÁNCHEZ Y UNAS FIESTAS PORTUENSES



El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces estas notas que tituló;  “PEPE H. SÁNCHEZ Y UNAS FIESTAS PORTUENSES”: “…Un conocido futbolista de La Orotava falleció a los 66 años de edad. Pertenecía a una famosa dinastía de futbolistas. Fue Pepe H. Sánchez, El Buje I. Tengo para mí que alguno de sus  hermanos también son conocidos por “bujes”, en especial Isidoro, que vive en Las Palmas y que por ser de familia tan deportivamente  influyente, colabora en esa impronta de simpatía hacia los amarillos de la UD., que siempre ha habido en el Norte de Tenerife.   Corría “el largo y cálido verano” del 57 (¡hace ya cuarenta y un años y pico...!). Una pandilla de jovenzuelos orotavenses, en la que un servidor era el más jovenzuelo de todos (18 añitos), fuimos al Puerto de la Cruz a sus Fiestas, el martes  23 de julio de 1957. Habíamos estado por el desaparecido bar Miramar, ya demolido en un recorte del camino, hoy Paseo de San Telmo. También en el viejo Dinámico y por el Bélgica, que era una sala de fiestas que estaba en la Punta del Viento. Luego recalamos por el baile de la “Sociedad Iriarte”--sita en el costado Oeste de la Plaza del Charco, en un edificio todavía existente--a la una y media de la madrugada, y conseguimos, por ser tan tarde, entrar gratis. Todavía tuvimos tiempo de bailar alguna pieza. A la salida, en la madrugada, anduvimos por las calles portuenses. Mi amigo Santiago recuerda que fuimos por la calle Blanco, hacia el viejo Ayuntamiento, que estaba en el primer número par de la calle Iriarte, frente por frente con el “Casino de los Caballeros”. Luego cogimos por la calle de Quintana. En esta noche estuvo Pepe H. Sánchez, que era un poco mayor que nosotros, en esa etapa de la vida en que tres o cuatro años parecen una eternidad. Pepe tenía mundo y sabía comportarse y administrar con la decencia y el recato debido, sus efluvios etílicos y los nuestros.
Terminamos a las cuatro de la mañana, subiendo en una pequeña rubia Opel, ¡nueve personas! hasta La Orotava. Fernando, que era el dueño de la Opel (TF- 9071), y todos nosotros, comentábamos al día siguiente que Pepe  se había comportado estupendamente, como debe ser, sin salirse de madre. Las “madres” estomacales, esas sí que estaban hirviendo y desbordadas aquel miércoles 24 de julio, víspera de Santiago Patrón de España, seis días después del 18 de Julio...
Pepe, te agradezco tu sigilosa lección. Más tarde o más temprano, vamos a volver a vernos. Espero que entonces, San Pedro  nos conceda, también a nosotros,  la paz para siempre.  COPAS DE ORO…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

No hay comentarios:

Publicar un comentario