lunes, 19 de junio de 2017

DON RAFAEL MARTÍN FERNÁNDEZ NEDA, POETA



Agradecimiento a los hermanos y amigos de la Villa de La Orotava Candelaria y Jesús Hernández Acosta, por haberme facilitado estos datos biográficos.

Nació en La Orotava el 5 de diciembre de 1833. Era hijo de don Sebastián Martín-Fernández y Cauvin, y de su segunda esposa. Doña Andrea Hernández de la Guerra y Neda. Estudió sus primeras letras nuestro biografiado en su Villa natal, para iniciar más tarde la carrera de Derecho en la universidad de La Laguna, que completó en Madrid. A los 20 años estudia derecho en la Universidad de San Fernando. Terminada su carrera, viajó a Alicante y Madrid, para cumplir estudios, teniendo por compañero  a otro ilustre canario, don Benito Pérez Galdós. Posteriormente se trasladó a Italia y Francia, de donde era natural su abuela paterna, doña Ana Cauvín, y en cuya casa pasó largas temporadas. De regreso a Madrid, se alista en el cuerpo de Carabineros, donde alcanzó el grado de coronel. Agregado a la Corte fue nombrado por S.M. la reina Isabel II gobernador de  Sevilla y alcalde de Madrid. Casó con doña Carmen González del Castillo. Su hermano José Martín Fernández Neda casó con la ilustre poetisa  Doña Amelia Navajas, a  quien S.M. concedió el titulo de  Baronesa de los Cobos de Belchite. Por su influencia se fundó el  día 12 de febrero de 1864, siendo párroco de la Concepción de La Orotava, don José Borges Acosta, la Real y Venerable Hermandad de Misericordia del Santísimo Cristo del Calvario, cuyo Escudo de Armas Reales fue bordado por S.M. y él su portador. Por el destino, ha llegado a la mano de su sucesora nieta doña Candelaria Hernández y Acosta, la cual lo ha restaurado y enmarcado en un medallón de terciopelo carmesí y orlado con galón de oro. El escudo que en la actualidad ostenta el nuevo estandarte bordado en plata,  oro y pedrería, es obra de una hija de esta Villa, la religiosa dominica del convento de Santa Catalina  de Siena, sor María de León Domínguez, a quien doña Candelaria Hernández Acosta llama mano de oro. Fueron los primeros Hermanos Mayores de dicha Hermandad, S.S. M.M. la Reina Isabel II y su Augusto esposo y en la actualidad lo son S.S. M.M. don Juan Carlos y doña Sofía, desde el 13 de mayo de 1976. De esta Hermandad fueron sus primeros miembros muchos orotavenses ilustres, en la que figuran los nombres de don Miguel Villalba Hervás, entre otros.  Desde sus primeros tiempos de estancia en la capital de España compartió una profunda amistad con don Benito Pérez Galdós, que habría de mantenerse hasta su muerte. Terminados sus estudios jurídicos y colacionados el grado de Licenciatura, viajó por España y Francia, donde permaneció algunas temporadas en París, donde vivían sus parientes, los Cauvin, familiares de su abuela paterna, de origen francés.
Ingresó en el Cuerpo de Carabineros, en el que alcanzó el grado de Coronel; alternando sus servicios a la milicia con una destacada carrera política, que le llevó a desempeñar los elevados cargos de Gobernador Civil de Cuenca, Gerona y Sevilla, y que culminó con la Alcaldía de Madrid.
Merced a la influyente posición de nuestro personaje, se fundó en La Orotava la Real y Venerable Hermandad de Misericordia del Santísimo Cristo del Calvario; y fue el mismo don Rafael quien portó hasta la Villa el escudo que, con las armas reales, bordado de propia mano por la Reina de España, lució el primer estandarte de la citada Cofradía, de la que fueron Hermanos Mayores SSMM. Isabel II y su augusto esposo, y que hoy ostentan SSMM. Juan Carlos I y Sofía. A Martín - Neda se debe asimismo, el establecimiento de la primera Farmacia de la Orotava, instalada en la calle del Calvario, de la que fue titular don Juan José de Parra Izquierdo, natural de Villarrobledo, en Albacete.
Fecundo escritor, fue autor de numerosas obras, algunas de las cuales figuran en textos antológicos. De su prosa, cabe destacar "El balcón del Chantre", escrita en sus tiempos estudiantiles de la Ciudad de Agüere; "La Cruz quemada", leyenda dramático-costumbrista, que se escenifica en las laderas de Tamaide; "El Valle de La Orotava", bella y emotiva narración sobre su patria chica, por él tan añorada, y "El Doncel de Mondragón", leyenda histórico-caballeresca, escrita en colaboración de sus íntimos amigos Fernando Final y Agustín E. Guimerá.  
Como poeta, su obra principal es "Auroras", publicada en Madrid el año 1965, y que está dedicada a su padre. En este libro aparece una poesía, "Día de difuntos", en que recuerda a su madre, y otra, "Carmen", que dedica a su esposa. También figura en esta obra poética de Martín Neda el romance "La Fiesta de San Isidro", en el que describe la renombrada romería orotavense, escrita en 1861. Tradujo al castellano las más importantes poesías de Lamartine, Goethe, Musset, Klopstock, Geibel, Víctor Hugo y Heine, mereciéndole la finura de su trascripción los más expresivos elogios de los escritores de la época. Nuestro biografiado había casado, en Madrid, con doña María del Carmen González del Castillo, ilustre escritora y delicada poetisa. De distinguida familia, fue Dama de S.M. la Reina Isabel lI.
Fue traductor y prosista y poeta romántico. En prosa escribió La Cruz Quemada, El Balcón del Chantre. En esta ultima narra las travesuras de su tiempo estudiantil en la Ciudad de Agüere o la Noruega Isleña, como popularmente se le llamaba. En verso, en su libro Aurora, dedicado a su padre, se encuentra bellísimas poesías, entre ellas el Romance a las Fiestas de San Isidro. Romance de ciego. / Cuadro de costumbres / de las Islas Canarias.. Jupa la japa, / lomita mía; / Jupa la japa / que viene el día.  
Su temática está entre los nostálgicos recuerdos de su infancia en Galicia, y la faceta costumbrista, en medio de los cuales aparece la nota gris de la memoria de su madre, la villera Andrea Fernández de la Guerra. Romance de gran fuerza descriptiva es “La Fiesta de San Isidro”, escrito en 1861 y que reproduce Sebastián Padrón Acosta, primero, en Poetas Canarios de los siglos XIX y XX 1966.
Su esposa falleció en 1905. Don Rafael, viudo y sin descendencia. Visitaba a diario su tumba en el madrileño cementerio de la Almudena, con la mente atormentada por la definitiva ausencia de su amada. Un día del mismo año, dejó sobre el sepulcro una nota en la que decía querer morir pronto, y en la que expresaba su deseo de ser enterrado allí, junto a su querida esposa. Y allí murió.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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