viernes, 28 de julio de 2017

ALFONSO GONZÁLEZ, EN EL RECUERDO



Artículo que realicé el día de su adiós y publiqué en el matutino EL DÍA de Santa Cruz de Tenerife, en homenaje a sus hijos Luis Alfonso y Domingo González Hernández grandes amigos y compañeros de pupitre en el Colegio de San Isidro uno y de docencia en el IES La Orotava Manuel González Pérez el otro.
Un día triste de verdad, triste por ser jovial, triste con lluvia celestial, porque se ha marchado para la eternidad otro legendario de aquellos famosos orotavenses que en aquel histórico mini cuadrilátero rectangular campo de fútbol del Quiquirá se le bautizó con el apelativo de “Copos de Nieve”, o de aquel gran conjunto realejero del balompiés con el nombre de su hijo ilustre “Viera”. Triste de verdad porque se va un padre de un querido compañero de la docencia. Tu sabes Alfonso que tus hijos Alfonsito y Dominguito te tenían preparado en tu casa villera todo lo necesario para que viviera con holgura muchos años, tú lo sabes por qué lo presenciaste en el poco tiempo que tuviste en ese hogar, de verdad te lo tenían preparado para estar junto a tu querida señora y dama María Dominga, para que siguiese disfrutando con tus amigos Arturo y Juanito. Pero te fuiste demasiado rápido, quizá en el paraíso eterno goce de esa obra tan maravillosa que tus hijos querían de certeza ofrecerte, porque te querían mucho, querían continuar contigo en la Villa, querían que siguiera siendo feliz con ellos, pero desgraciadamente el cometido no quiso que fuese aquí sino allá, yo no sé cómo es ese allá, creo que es un Mundo apacible, con clemencia donde están muchos de tus compañeros de aquel glorioso “Viera CF.” o mejor dicho de aquellos baluartes “Copos de Nieve”.
Alfonso yo te quería como un padre, por todo lo que hiciste por mí, cuando perdí a mi padre Juan con 15 años, siempre te preocupaba por mi estudios salesiano, recuerdo tus relaciones con tu amigo el Profesor icodense Don Brandon, siempre le preguntaba por mis pasos, siempre me controlaba a través de él, y siempre me daba consejos para perseguir las pautas estudiantiles. Esto fue una etapa trascendental de mi vida como lo fue años después cuando me hablaba de aquel quimérico equipo fútbol orotavense de apellido “Copos de Nieve”, me comentaba tu gran disensión en el estadio portuense “El Peñón” frente al Real Unión de Tenerife con un portero - no recuerdo su nombre -  que lo paraba todo, no pudieron cantar el campeonato. Esto es una descripción muy bonita como también lo fue los fichajes que realizaste en el desaparecido e inolvidable Norte C.F. y en el UD. Orotava con los recordados jugadores de tu ciudad natal y querida “Icod de los Vinos”, jugadores de la talla de Tosco y Luis. Tu vida fue muy diligente, al otro lado de tu casa tenía la capilla del arquitecto Estanga con tu querida “Piedad” del escultor orotavense Estévez del Sacramento. Alfonso, tu subía alegre por la calle El Calvario antiguo Camino Real repartiendo sonrisas y corazones, arriba te reunía con tus amigos; Buenaventura Machado Melían, Isidro Fuentes Melían y Jesús Hernández Acosta, y más arriba en el Liceo Taoro tenía tu típica tertulia con Paco Casanova (Neno), Daniel Fernández, Antonio y Santiago Lechado, Luis de León Domínguez, Paco Morales, Agustín González y otros...  Y más al Norte de Tenerife estaba tu autentica ciudad, una ciudad cargada de historia con su famoso Drago Milenario y su majestuosa iglesia parroquial de San Marco, en esa ciudad estaban tus amigos de infancia y adolescencia, tanto ellos como los de la Orotava, te están agradecidos, pero mucho mas tus hijos Alfonsito y Dominguito, ¡Que hijos tan buenos....! que tanto hicieron por ti. Alfonso tiene que estar gozoso de ellos, quizá algún día te reencuentre con ellos en ese lugar tan fascinante. Yo estoy apenado de verdad porque nos has dejado para siempre, por eso he escrito estas poquísimas líneas para que esté sosegado, para que descanse, para que sea feliz, para que sepa que no te olvidaremos, siempre tendrá a tu esposa María Dominga a tu lado  - seguiremos luchando por ti -, un abrazo y hasta siempre.

BRUNO JUAN ALVAREZ ABREU
PROFESOR MERCANTIL

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