jueves, 27 de julio de 2017

ALTAVISTA (IV)



Construido en el año 1891 por el científico anglosajón  George John Scarlett Graham Toler, Consciente de la ausencia de un lugar para pernoctar los excursionistas a  la montaña más alta de España –El Teide-, en la tercera estructura volcánica más alta del mundo que se encuentra formando parte del parque nacional de Las Cañadas y que está sobre suelo declarado últimamente por la UNESCO como patrimonio de la Humanidad, decidió construir un refugio en una explanada conocida como Altavista.
George John Scarlett Graham Toler,  Nació en Londres en 1850, falleció en la Villa de La Orotava 1929. Era hijo único de una familia acomodada inglesa de religión anglosajona, los honorables Otway Lortesene Graham Toler y Henrietta Elizabeth Scatlett y nieto del distinguido Barón de Abinger.
James Scarlett. Graham Toler se acercó a Tenerife a la edad de 39 años con su cámara fotográfica y una caseta de campaña con la que pernoctaría por diferentes puntos de la isla (Granadilla, Las Cañadas, etc.) buscando el lugar ideal para la cura de su enfermedad.
Combinó el periodo de su convalecencia con la toma de fotografías de Tenerife, dedicando un buen número de ellas al Teide, montaña que admiraba como la totalidad de sus compatriotas.
El Refugio de Altavista fue propiedad suya, quien lo cedió en el año 1927 al Ayuntamiento de La Villa de La Orotava, para que fuera administrado por un Patronato formado por: Don José Monteverde y Lugo, Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Casiano García Feo y Señor  Alcalde de La Villa de La Orotava. Dicho Patronato nombró administrador a Don Casiano García Feo y Guía del Teide a Don José Bethencourt Miranda.
Haciéndose cargo del mismo en el año 1950, el Cabildo Insular de Tenerife.
Restaurado y modernizado por el recordado constructor villero don Manuel Martin Méndez, según proyecto del arquitecto y alfombrista orotavense don Tomás Machado Méndez y Fernández de Lugo en los sesenta del siglo XX.
Finalmente fue reformado totalmente en el año 2007, consta de dos edificaciones y está dotado de: enfermería, salón, comedor y cocina. Tiene tres dormitorios comunes con una capacidad total para 54 visitantes. 
Las estancias disponen de calefacción y las camas están totalmente equipadas con sábanas y cálidos edredones -no es imprescindible llevar saco de dormir-. Dispone de aseos sin duchas.
No hay que olvidar que un refugio no es un hotel, ni sin siquiera un albergue. Es algo que los montañeros ya aficionados a la montaña entienden.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


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