lunes, 31 de julio de 2017

COSAS DEL PASADO OROTAVENSE (Y III).



La redacción de “La Asociación”, manifestaba, que había llegado a La Orotava, el cirujano dentista Don Antonio Tomás Vella, que se hallaba en la capital tinerfeña, y había hecho algunas curas importantes que acreditaban su inteligencia y pericia en su profesión, de la que se había ocupado varios periódicos extranjeros. Se le recomendaba al Señor Vella a todas las personas que padecieran de escorbuto y otros males de la boca, que aunque estuviesen reputados de crónicos, encontrarían en el Sr. Vella pronta y eficaz curación. Con los trescientos veinte reales vellón, ofrecidos por los Sres. Don Antonio Lugo y García y Don Ignacio F. Llarena para la composición del piso de uno de los paseos del centro de la Plaza de la Alameda se pensó emprender dicho trabajo, también con el auxilio del carro ofrecido por Don Sixto Regalado para la conducción de arena.
En la plaza de San Francisco se colocó la fuente para surtir de agua limpia al vecindario que la prefiera a la de la acequia pública. A propósito de ello, la comisión de camino del Ayuntamiento orotavense sorprendió a dos mujeres lavando en dicha acequia ropa sucia antes de la hora de las nueve. Pues se le multó con arreglo al bando de policía. Siendo de interés publico el conocer los términos en que el Gobierno civil de esta provincia ha oficiado a la Alcaldía de la Villa, en resolución a la consulta hecha acerca de la circulación de la moneda agujerada, inmediatamente se le comunica, que; la antiquísima circulación en estas islas de la moneda agujereada, y su corriente admisión en las oficinas públicas, la hacen sin duda alguna de uso obligatorio o forzoso, y por consiguiente se podía obligar al recibo de dicha moneda, con abono en la de oro de la falta de granos en los términos que están prevenidos, exceptuando la de plata que se encuentre en el caso indicado por esa alcaldía, esto significaba que tuviera el agujero demasiado grande. Únicamente en la moneda nueva de oro y plata, que estuviese o no agujerada, del cuño de 1.848 en adelante, se atendría a lo dispuesto en el Decreto del 15 de Abril de 1.848, inserto en el número 59 del Boletín Oficial del 17 de Mayo del mismo año, en cuyo decreto se determina el permiso de admitir o rehusar legalmente esta moneda según la falta o exceso de su respectivo peso. La sección local de noticias finalizaba con una lista de los Sres. que contribuyeron en donar reales de Vellón, a la prolongación del muelle del Puerto de la Cruz, en el año 1.868: Juan Suarez 230, Bernardino Coradini 50, José María Nardony 40, Belarmino Aguilar 20, Vicente Díaz y Fuentes 20, Isidoro María La Luz 60, Domingo López Soto 20, Lorenzo Cáceres 100, Francisco Aguilar Guadarrama 50, José María de Arroyo 50, Miguel Fernández Montañés 60, José Hernández Barrio 40, Augusto Gachon 100, Francisco Trujillo Ferraz 40, Juan Nieves y Ascanio 100, Víctor Pérez 260, y José Gobea 20. Una etapa, que en España fue revolucionaria, que en 1.868 un grupo de generales ponían fin a la monarquía de Isabel II, formándose un gobierno provisional, que nombra gobernador civil de Canarias a Don Camilo Benítez, quien reprimió duramente al partido republicano de las Islas. Al proclamarse la república en 1.873, este gobernador es cesado, y despedido de Santa Cruz de Tenerife con una descomunal silba. Durante la I República ocupan; el gobierno civil Don Miguel Villalba Hervás y el subgobierno de Las Palmas Don José María Pulido. Los diputados a cortes se comprometieron bajo la tutela del canario Don Nicolás Estévanez, ministro de la Guerra, crear dos Sub - Estado o cantones en Canarias, proyecto que no llegó a cuajar. Con la restauración de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII, la gobernación de las islas pasa a ser ocupada por el tinerfeño Don Vicente Clavijo que prohibió toda la manifestación política cultural. Es la época en que ocupa la comandancia el general WEYLER, artífice de los palacios militares de ambas islas. Durante su mando las islas se unieron a la Península por cable telegráfico. En este último tercio de siglo, destacaba la personalidad política de Don Fernando León y Castillo que ocupó la cartera de Ultramar con el Duque de la Torre como presidente del gobierno.
El sábado 18 de Octubre del año 1913, se estrenó en el teatro de Orotava la función cinematográfica “La Peña del mal consejo”, una creación sublime y trágica, escenificada en la moderna cinematografía, integrada por 3.000 metros de celuloide y divida en 4 partes, integrada por un inspiradísimo argumento, tratado sobre la joven Nina, bella pastora semisalvaje que vive contenta y feliz sin más preocupaciones que las que proporciona su peque o rebaño. Y Toto un joven gentil, valeroso y audaz que con valor temerario ahuyenta y pone en fuga a unos ladrones que intentan robar la cabaña en que habita. Ambos se enamoran locamente, pero el amo, dueño del cortijo en que los dos habitan, es un gran dueño de la ciudad, hombre viciosos dominado por el juego y la bebida. Un día Nina sufre un accidente desgraciado y corre un gravísimo peligro, del que le salva Toto valerosamente, quedando la joven muy agradecida. El amo que se entera del percance ocurrido a Nina y de la acción de Toto felicita a este elogiando mucho su conducta. Toto y su pastora están cada vez más enamorados el uno del otro y un día que se encuentran los dos al borde de un principio en un sitio conocido por “La Peña del mal consejo”, Toto en un arranque apasionado le dice a la Nina: “Jura que serás mía durante mi vida y después de mi muerte”, juramento que hace Nina solemnemente. El amo invita un día a unos amigos a cazar y un cazador torpe hiere gravemente a Nina. Con gran pesar de Toto el amo se la lleva a la Ciudad para que se cure. Pasados dos meses queda Nina completamente restablecida habiéndole parecido a la joven la casa del amo, el país de las hadas. La rústica belleza de Nina ha impresionado también al amo, que ha perdido la tranquilidad. Le propone a Nina quedarse  con él en la Ciudad; pero ella que desea volver al campo no accede. Sin embargo a la vista de la joya que le ofrece siente una atracción irresistible, que no puede dominar, terminando por rendirse a las caricias del amo, y por acceder a ser su esposa, convirtiéndose de pastora humilde en gran señora y olvidando el sagrado juramento hecho al pobre Toto, que allá en la montaña sueña con el amor de su Nina y cuenta uno a uno los minutos que faltan para que vuelva su zagala. Desesperado Toto por la tardanza de Nina envolver al cortijo, se decide a bajar a la Ciudad en busca de noticias. Llega a la casa de su amo y allí dice a los criados: “Avisen a Nina que aquí está su novio”. Los criados se burlan de él y avisan al amo de lo que pasa. Este lo hace llegar hasta su presencia y después de escuchar sus lamentaciones por la tardanza de Nina en volver al cortijo, le dice; “Pues mira Toto, desde hoy Nina es tu ama”.  Dos años después nadie se acuerda de Toto, pero él ha cumplido su condena y vuelve a la tierra en que nació con el firme propósito de vengarse de la autora de su desventura. La ocasión no tarda en presentársele. Nina y su esposo han ido de paseo al cortijo y Toto que está al acecho los ve y aprovecha una ocasión en que el amo se aleja solo por el campo, para tirarle un certero lazo y apoderase de él. Fuertemente atado y amordazado le lleva hasta la “Peña del mal consejo” y allí le obliga a escribir un papel para su esposa que dice así: “Nina, te espero en la cima de la roca del mal consejo; ven sola, te espero”. Roberto. Este papel es entregado a Nina, la que sin sospechar lo que ocurre, monta a caballo y se dirige al sitio que su marido le indica. Allí se encuentra con Toto quien le muestra su marido amarrado a un árbol. Entonces Toto la coge por la cintura y se arroja con ella por la terrible pendiente, en presencia del marido, que ve horrorizado aquella trágica escena sin poder moverse ni hacer nada para evitar tan tremenda desgracia. Toto se ha vengado, obligando a Nina a cumplir parte de su juramento. Ya que no quiso ser suya durante su vida, lo será después de la muerte. Todo un comentario de una cinta gramática, comentario de la pluma del ilustre villero - palmero Don Antonio Lugo Massieu, comentario magistral que pusieron en escena notables artistas, con vistas panorámicas de sorprendente hermosura, soberbia fotografía, de una cinta que tuvo sublime éxito en La Orotava.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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