domingo, 30 de julio de 2017

EL CASTILLO DE SAN FELIPE EN EL TIEMPO




Fotografía tipo tarjeta postal en color, del Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz. Uno de los cuatro fortines que en la antigüedad defendieron la ciudad. Comenzó a construirse en 1599 en una zona en la que se disponían dos lánguidas plataformas dotadas con pequeños cañones que ya habían demostrado su eficacia al rechazar un ataque pirata perpetrado por cinco navíos. La construcción del fortín concluyó a principios del siglo XVII, concretamente en 1604, y desde entonces sirvió como base defensiva ante posibles corsarios que buscaban refugio en el embarcadero del Puerto. Entre los primeros alcaides que estuvieron al frente del castillo se encuentran el capitán Juan Antonio de Franchi, nombrado en 1644, Diego Benítez de Lugo, Lorenzo Perera de Ponte, Alonso Calderón, Benito Viña, Juan Francisco de Ponte y Carlos Franchi. Con el nombramiento, en 1725, de José Agustín Machado Espínola se cierra la lista, de un total de cincuenta alcaides, según recoge el historiador Pinto de la Rosa en su obra Apuntes para la Historia de las Antiguas Fortificaciones de Canarias. En el siglo XIX fue reformado pues el transcurso del tiempo lo había deteriorado. En 1878, se procedió a desartillarlo y fue entregado al ayuntamiento con el objetivo de destinarlo a labores de enfermería y lazareto. Finalmente, en 1924, se declaró inadecuado para las necesidades del Ejército y fue clausurado.
El castillo de San Felipe destaca entre todos los erigidos en su época en Canarias por ser de un refinado estilo colonial. Construido de mampostería tiene un perímetro de forma pentagonal y, aunque en un inicio lo rodeaba un foso y disponía de un puente levadizo, fue sustituido más tarde por una pasarela fija. Contaba originalmente con dos plantas, habilitada la segunda para alojar a unos 35 soldados aproximadamente. Estaba equipado con tres cañones de hierro, dos de 24 libras y otro de 16. La apariencia con que luce hoy en día el castillo responde a la reforma efectuada en el siglo XIX.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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