miércoles, 23 de agosto de 2017

CUANDO LOS RECUERDOS INVADEN NUESTRAS MENTES



El amigo desde la infancia en la Calle El Calvario de La Villa de La Orotava; NAZARIO HERNÁNDEZ GARCÍA (CHILE), remitió entonces (2012) estas notas que tituló; CUANDO LOS RECUERDOS INVADEN NUESTRAS MENTES: “…El lugar preferido, para descansar físicamente, respirar naturaleza y gozar de la conversación envuelta en el sonido dulce, lleno de melancolía con que nos deleitan esos vecinos voladores que habitan en un entorno y marco, que nos sobrecoge, a veces me pregunto, si esas charlas entre ellos son declaraciones de amor aprovechando la soledad del lugar, es el Parque Casa de Doña Chana. Pero, hace unos días los nietos, esos seres cariñosos que se apoderan de nuestras voluntades y nos llevan a cambiar los planes diseñados y estudiados pulcramente, nos obligan a cambiar de ruta, desviándonos a otros lugares hasta esos momentos impensados,
Y así fue como acompañado de Pablo, y Eva, me encontré en el Parque de las Ocas, no, de aquellas que invitan a tirar porque les tocan, sino, a las que se encuentran en la zona de columpios, en la Plaza de Franchi Alfaro y claro, en lo, que ellos subían y bajaban en las escaleras de soga como si fueran auténticos apaga fuegos, mis pensamientos y antiguas vivencias se adueñaron de mi mente, y a recordar se ha dicho,
En el siglo XIX, La Orotava podríamos decir, que empezaba o, terminaba en lo, que se conocía como, los Llanos de San Sebastián, donde una pequeña ermita compartía su soledad con las ilusiones y esperanzas de un futuro, más halagüeño, junto, a los muros de un hospital que respondía al nombre de Hospital de San Sebastián que años después fue trasladado, al que se conocía como Hospital de San Francisco" con instalaciones mas amplias y mas cómodas.
Los terrenos eran propiedad de un familiar de Don Francisco, Franchi y fueron adquiridos más tarde por Don Luis Fumagallo y Don Miguel Rodríguez para convertirlos en una plaza, dotada de amplia arboleda y que sirviera como lugar de reunión y paseo de los vecinos.
Fueron realizadas varias obras que sirvieran como mejora del lugar, dirigidas por Don Aaron Luz de Otazzo, que conocía tales menesteres convirtiéndola así, en lugar ajardinado y amurallada y que más tarde fue convertida en zona que sirvió incluso para los ejercicios del batallón de instrucción militar.
A partir de 1889 fue denominada como Plaza de Franchi Alfaro y Lugo, persona natural de La Villa que obtuvo en Madrid el año 1648 el título de Villa Exenta para La Orotava.
La entrada principal al recinto se hacia por un terraplén que existía al comienzo de la calle García Beltrán, sustituida por una amplia escalera que la comunica con la calle Calvario.
Se han celebrado en ella actos festivos como elección de reinas de las fiestas patronales, pero el acto festivo de mayor relieve que actualmente se realiza, es el célebre concierto de los Sabandeños. Que tiene lugar el lunes de la semana de fiestas, que justamente se hacia en esa escalera que da acceso a la plaza desde la calle Calvario. De ahí el nombre de "Concierto de la escalera".
y fue así como encontré a un montón de amigos casi todos de la misma edad, saber y gobierno. Uno de los que más yo apreciaba, no se porque razón era Alberto Quintero Santos, que ayudaba a su padre en las labores " herradoras”... el decía que su padre era el que ponía las herraduras a los caballos y a algún que otro burro, según hiciese falta.
En sus ratos de descanso era un soñador, me contaba su ilusión de caminar un día por las calles de Buenos Aires y oír en directo los tangos que en sus películas, nos ofrecían, primero Carlos Gardel y mas tarde Hugo del Carril. Al parecer esa idea la llevaba muy adentro y se fue a Venezuela y allí se afincó, Pero antes de partir, su ilusión le llevó a comprar en el comercio que tenia Don Adolfo Herreros en la calle de La Hoya un vetusto toca discos, que cansado ya de dar vueltas, se lo vendieron por dos duros, cantidad que se logró reunir por colecta comunitaria entre los que íbamos a gozar de su sonido. Y allí sentados en el piso de tierra de la plaza, expectantes con el oído avizor y la ayuda del bueno de Andrés Dorta, que contribuía con su esfuerzo a que el disco "caminara", todos veíamos la cara de decepción de Alberto porque aquello no funcionaba, De pronto ante la expectación y el silencio, se oyó un suave, dulce y lejano silbido, que traído y envuelto en el rumor nos enviaba Andrés Dorta en su intento vano por salvar el momento. Alberto recogió todo el tinglado y juntos fuimos a visitar al vendedor y a exigirle las pesetas que le habíamos entregado.
Otro asiduo asistente a las reuniones en la plaza era Fernando Morales conocido futbolísticamente por el "Monago" dotado de unas singulares condiciones para el futbol llegó a ser titular en aquel equipo de La Orotava, al que se conoció como "copos de nieve". Pero a la abundancia de clase y facultades para triunfar en este deporte, le faltaba ambición y deseos de triunfo, lo que le producía una merma total de sus posibilidades. En una visita a esta zona norte, que hizo el Victoria de Las Palmas, sus dirigentes le invitaron a realizar unas pruebas en la isla hermana, quedaron admirados y satisfechos de sus posibilidades, pero decepcionados por su nulo espíritu de sacrificio y deseos de triunfo.
El antídoto de Fernando, fue Jesús Gutiérrez, al que más tarde se le conoció por el sobre nombre de "Borbolla", "pedido prestado" a aquel primer jugador extranjero, que desde México, llegó al Real Madrid. Jesús fue para mi el mejor exponente de que cuando las ganas superan a la abulia, todo se puede conseguir. Su caso fue muy curioso,
pues destacaba como un excelente guardameta, dotado de especiales condiciones físicas, como saber tratar el balón y veloz carrera, se inclino por jugar de delantero, consiguiéndose, eso sí, un eficaz delantero en detrimento de un excelente guardameta. También fue "copo de nieve" y aprovechó aquellos vientos favorables que, como tantos jugadores canarios, arribaron, llenos de ilusiones y rebosantes deseos de triunfo, a tierras gallegas. Y así como tantas reuniones siguieron realizándose, pues tantas historias nos quedan por contar, lo que haremos en sucesivos trabajos…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


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