martes, 8 de agosto de 2017

LA CASETA DE PLAYA DE MARTIÁNEZ



Fotografía familiar, tomada en la caseta propiedad de mis padres en la playa Martiánez del Puerto de la Cruz, en el verano del año 1960.
Allí acudíamos al igual que muchísimas familia de la Villa de La Orotava, en tiempos del estivo, siempre por las tardes (se decía que el agua del mar era más caliente) hacíamos colas para bajar en Guagua y también para subir, y siempre que llegaba llena, la ultima era la del recordado Melchor García; que hacíamos lo imposible para subir a la Villa.
La caseta de mi familia fabricada en los talleres del ebanista; Ángel Trujillo en la calle de Juan Padrón, cuya tela recortó y cosió mi madre María de Carmen Abréu González, adquirida en las tiendas de la Villa de La Orotava, entonces utilizada para fabricar los colchones.
Nuestra caseta era colchonera de los colores de los Atléticos; Madrid y Bilbao. Las guardábamos en unos cuartos de madera, anexos a los merenderos pernoctados en la terraza de Martiánez; Agustín y Felipe.
De izquierda a derecha; Delfín Padrón Jordán, mis hermanas; Lola y Carmilla Álvarez Abréu y mi sobrina Carmen Rosa Padrón Álvarez de un año de edad.
El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (12/04/2016) estas notas: “…BRUNO JUAN. VEO    que tu familia era de las privilegiadas que tenía caseta propia para vestirse y cambiarse en la playa de Martiánez.
En la Casa Azul, Villa Arriba, año 1950 y ss, también teníamos  caseta para la playa, que pernoctaba todo el verano en el trastero del gua chinche  de Agustín o Felipe, como tú misma caseta.
Pero una vez la dejamos, por las prisas para coger la guagua, en medio de la playa toda una noche... y nadie la tocó ni robó nada. La gente estaba más educada que ahora, ¡¡con tanto chorizo¡¡¡
Y una vez unos gamberretes quisieron, por la cara, vestirse dentro de esta caseta de la Casa Azul, pero cuando estaban a medio ponerse su ropa, 'alguien' arrancó de la arena el palo central de sustentación, y corrió por la playa... y todos aquellos gamberretes corrieron detrás con el culo al aire...
Qué espectáculo!
Espectador (esa vez también fui espectador)…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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