domingo, 24 de septiembre de 2017

CASA TOLOSA DE LA VILLA DE LA OROTAVA AÑO 1930 (II)



Nos cuenta el amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ANTONIO LUQUE HERNÁNDEZ, en su libro “LA OROTAVA CORAZÓN DE TENERIFE”, en las páginas 399 – 398 y 399: “…La casa de Tolosa, original de la familia de los condes de El Palmar, de dos pisos, que data de principios del siglo XVIII. La fabrica, muy representativo del estilo autóctono, es de huecos simétricos, con balcones y fachada de cantería, armoniosa y proporcionada.
Posee un bello patio interior. Había sido construida por Diego José de Tolosa Benítez de Luciano (1670 – 1722), del consejo de su Majestad, su oidor y decano de la Real Audiencia entre 1712 y 1716, esposo de María Antonia Benítez de Lugo y Grimaldi y Home; luego perteneció a su hijo Diego de Tolosa y Benítez de Lugo Grimaldi (1719 – 1768), teniente de milicias del regimiento provincial de La Orotava, quien vinculó esta casa por su testamento, en cabeza de su hermano José de Tolosa, capitán de infantería, caballero de la Orden de San Hermenegildo.
Adquirida en el año 1836 por los esposos José de Llarena y Ponte y Josefa de Ponte y Benítez de Lugo, hermana del VII conde de El Palmar  e inmediata sucesora de ese título. El día 28 de diciembre de 1909, la compró el doctor Tomás Zerolo Herrera. En el año 1923 Josefa Llarena y Cúllen, condesa de El Palmar, recuperó esta casa para sí que había pertenecido a sus mayores.  En el año 1923, le encargó su remodelación al arquitecto Mariano Estanga, quien al respetar el estilo vernáculo la convirtió, en afirmación del profesor titular de arte de la Universidad de Las Palmas el amigo orotavense Sebastián Hernández Gutiérrez en la primera casa del posmodernismo canario. Tuvo el acierto de sustituir el zócalo de cemento por uno de cantera de Aruca (Gran Canarias), diseñado en 1962 por el arquitecto orotavense Tomás Machado Méndez y Fernández de Lugo.
Este inmueble fue enajenado por su ultimo heredero Pedro de Ponte y Llarena, XIV Conde de El Palmar, el 23 de agosto de 1982, en el amigo y convecino Antonio Luque Hernández (actual propietario), quien restauró y modernizó con respeto su interior…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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