Fotografía de JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO, tipo de avión similar al que yace
en el fondo del mar en el Sauzal.
Durante un tiempo, Iberia cedió a Spantax algunas líneas interinsulares en
Canarias, en las que operó con aviones DC-3 y cuatro Fokker F-27, el primero de
los cuales llegó en octubre de 1966, siendo los primeros aviones turbohélices
del fabricante holandés que volaron en España. El primero de ellos, bautizado
con el nombre de Islas Canarias y matrícula EC-BFV, se convirtió en el primero
de su clase que aterrizó en el viejo aeropuerto de Buenavista (La Palma),
ocasión en la que voló al mando del comandante Julián Bustamante.
Esta etapa coincidió, en septiembre de 1966, con el accidente de un avión
DC-3 de la citada compañía, que cayó al mar en aguas de El Sauzal, cuando
volaba de Tenerife a La Palma, en donde yace desde aquel final de verano de
1966.
Un servidor acababa brillantemente de acuerdo con la época los estudios de
4º curso de bachiller y revalidad del grado elemental en el colegio de San Isidro
de La Villa de La Orotava, visitamos en el mes de julio del mismo año la Isla
Bonita de La Palma, travesía que realizamos en barco con los compañeros de
pupitres; Adolfo Padrón Pacheco, Alfonso Ramos Méndez, Rafael Rodríguez,
Silverio “Chicho”, Mario Torres, Julio Rodríguez Carrillo y Carlos Saro
Calamita. Nos acompañó el director del centro don Miguel Aragón Ramírez, el
entonces clérigo don Alberto de la Nuez y el coadjutor don Sancho. En el mes de
octubre de 1966 emprendíamos los estudios del grado superior de bachiller. El
27 de octubre del año anterior (1965) había muerto mi padre Juan Álvarez Díaz
con 57 años.
En la
primavera de ese mismo año el Real Madrid de fútbol conquistó la sexta copa de
Europa. Partido retrasmitido por TVE en blanco y negro, comentado por el
recordado don Matías Prat. El equipo merengue alineó: Bentancor, Calpe,
Del Felipe, Sanchí, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Groso, Velázquez y
Gento.
En el mes de
julio del mismo año se celebró en Inglaterra el campeonato mundial de fútbol,
el titulo se quedó en poder de los anfitriones, después de aquella inolvidable
final entre anglosajones y germanos, con un gol fantasma y jugadores de la
talla de Boby Chalton o Boby Moor, acontecimiento no visto desde el final de la
según da guerra mundial.
La roja
entonces la veíamos de color negro, por lo de la pantalla de vuestros
televisores, hizo un irregular papel, después de ser campeona de Europa dos
años antes en el mes de junio de 1964, con gol magistral de Marcelino. Se
concentró en Santiago de Compostela para preparar el mundial inglés, pero no
estuvo a la altura de lo que todos esperábamos.
El matutino EL DIA de Santa Cruz de Tenerife, publicó el 2
de agosto del 2011 con el título “ADIÓS A UN HÉROE DEL CIELO”, referente
al fallecimiento entonces del piloto: EUGENIO MALDONADO VILLALUENGA, el
comandante del avión DC-3 que en 1966 salió de Los Rodeos con dirección a La
Palma y, tras sufrir un grave fallo en un motor, consiguió amerizar el aparato
frente a las costas de El Sauzal. Su templanza y pericia evitaron una tragedia
aérea: “…Poco después de las 8:30 horas del 16 de septiembre de 1966, un avión
DC-3 de Spantax despegó del aeropuerto de Los Rodeos con destino a La Palma y
con 24 personas a bordo, junto a tres tripulantes. El aparato sufrió un
problema en el motor de babor, ya que registró un exceso de velocidad de forma
incomprensible a 2.600 pies de altura. En ese instante, apareció la figura del
piloto, Eugenio Maldonado Villaluenga, que mostró una serenidad,
equilibrio y pericias admirables, y evitó una tragedia área. En primer lugar
llamó al aeródromo del que había partido para informar de que les sería
imposible regresar; después, consiguió sortear un montículo y una zona nubosa.
Solo quedaba el mar y el comandante Eugenio afrontó con decisión la operación
de amerizaje a dos millas aproximadamente del litoral de El Sauzal, frente a El
Puertito. Todos los pasajeros y la tripulación salvaron la vida sin sufrir
lesiones graves. Solo hubo una excepción: el juez de paz y ex alcalde de La Victoria
Francisco Izquierdo Alfonso, entonces de 62 años, que por los nervios y el
miedo al mar no quiso apartarse de la aeronave, por lo que murió de un infarto.
El éxito de la medida convirtió a Maldonado en un héroe. Ese hombre valiente,
cuya hazaña no ha sido suficientemente valorada por la sociedad canaria,
falleció el pasado viernes con 74 años, tras padecer una enfermedad. Hace casi
45 años, horas después de la proeza, aseguró a EL DÍA que la "operación se
realizó perfectamente, después de haber informado a los pasajeros la
emergencia". Comentó al periodista que "una vez sobre el mar, en un
plazo de unos tres minutos, salieron todos los pasajeros con sus chalecos
salvavidas puestos". El piloto también explicó el caso del único fallecido
en el accidente: "La víctima se sujetó fuertemente al avión; intenté
convencerle por todos los medios y solo abandoné el aparato en el momento en
que comenzó a hundirse". Aclaró que Francisco Izquierdo "fue presa
del pánico y todos los esfuerzos fueron inútiles". Maldonado relató en
2004 a EL DÍA que, cuando se hundió el avión, Izquierdo ya había fallecido por
un infarto, aunque tenía los ojos abiertos. Después, diversos pescadores y
vecinos de El Sauzal utilizaron sus barcos para salvar a los pasajeros y la
tripulación, que quedaron flotando en el agua. El comandante comentó que
"los pescadores se comportaron maravillosamente. Ellos nos prestaron los
primeros auxilios. Primero embarcaron a las mujeres y los niños, mientras los
hombres esperaban nadando". El avión era propiedad de la compañía Iberia,
aunque lo operaba la empresa Spantax. Según el piloto, las causas del accidente
estuvieron relacionadas con un fallo técnico y que los motores eran nuevos, con
pocas horas de vuelo. Un hecho que, actualmente, conllevaría un reconocimiento
público, en aquel momento estuvo a punto de costarle la vida a Eugenio
Maldonado Villaluenga. De hecho, le notificaron que podía ser fusilado en
virtud de la Ley Penal y Procesal de Navegación Aérea que había sido promulgada
dos años antes. El comunicado se lo remitió la Comisión de Accidentes e
Incidentes Aéreos del anterior régimen, ya que el comandante también era
militar y en el suceso falleció una persona. Al final, la autopsia reveló que
la víctima mortal murió por un infarto. Eso salvó la vida del piloto. El héroe
recibió un homenaje hace siete años en el Cabildo. Y en ese acto estuvo un
matrimonio que viajaba en el avión, así como su hija, que en el momento del
suceso tenía tres años. Maldonado también pilotó un avión al que le explotó el
motor y se estrelló con otro aparato; en otro vuelo tomó tierra con el tren de
aterrizaje roto y, en una tercera ocasión se quedó sin mandos.
Y siempre hizo todo lo posible por salvar a los
pasajeros. El viernes se fue un héroe del cielo…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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