jueves, 21 de septiembre de 2017

LA OROTAVENSE CALLE DE SANTO DOMINGO



Es unos de los callejones más antiguos, ubicados en la parte norte del casco histórico de la villa de la Orotava.
Situado en el lado sur del templo parroquial de Santo Domingo de Guzmán, del ex convento dominico de San Benito, obra del siglo XVI, patrocinado por la familia Mesa, empezó a construirse en el año 1620, por etapas, erigiéndolo mediante el agrupamiento de capillas con cargo a los comitentes particulares.   Pone la linde espiritual entre una clase social de terratenientes y hacendados y los capataces y jornaleros de sus fincas. La escritura de obligación del convento se realizó el 30 de julio de 1592 por Roque Xuárez,  y el obispo don Fernando Suárez de Figueroa dio la licencia el 23 de octubre de 1593, celebrándose la primera misa el 18 de noviembre de ese año.
Los religiosos levantaron un gran templo, obra de don Antonio Orbarán, en su fachada se conservan los símbolos dominicos alusivos a la fe cristiana: la antorcha y el perro junto al globo terráqueo.
Establecieron cátedras de gramática, filosofía y teología, esta ultima dotada por el licenciado de origen italiano Carmenati, memorable protector del convento.
Venerable cofradía de nuestro padre Jesús Nazareno de la villa de la Orotava. La primitiva Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno con sede canónica en la Parroquia de Santo Domingo de La Villa de la Orotava; fue establecida por los Padres Dominicos en 1687 época en la que fue construida su capilla en el templo conventual.
Durante esta época la cofradía vive intensamente la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno, uniéndose a ello el apogeo nobiliario y la tolerancia de las expresiones populares que caracterizaron a la Contrarreforma, gozando para ello de las indulgencias concedidas por el Papa Clemente XIII.
La Desamortización de los bienes de la Iglesia del año 1821, supone un momento difícil en la vida del Convento Dominico Orotavense, llegando con ella a su disolución; la Cofradía se extingue pero no sus cultos que se siguen celebrando en la Semana Santa Villera por patrocinio particular. Un fiel ejemplo de estos cultos lo tenemos en la función que se le realizaba a la Virgen de los Dolores, el viernes anterior a la Semana Santa, siendo costeada por Mateo Gutiérrez Padrón, vecino de la ciudad de la Habana (Cuba).
La actual Cofradía fue redundada un 20 de Abril del año 1871 y erigida canónicamente en la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria el 14 de Marzo del año siguiente por el lltmo. Sr. Don José María de Urquionaona y Vidot, Obispo de Canarias y Administrador Apostólico de Tenerife. Desde esta fecha hasta la actualidad la Cofradía ha desempeñado una notable labor apostólica cimentada en el culto y la espiritualidad, la formación de sus miembros y la caridad como premisas fundamentales adquiriendo a través de los años gracias al esfuerzo de sus cofrades un notable e interesante patrimonio.
Se trata de una calle – callejón que comienza en la Calle El Agua (actual Tomás Zerolo), y nos traslada hacía el viejo territorio del dominico “Carmenati”, en donde finaliza el mismo.
En la esquina con la calle El Agua existió una mansión, residencia de la familia Betancourt y Castro (cofundadores del convento dominico) incendiada al principio del siglo XIX, convertida posteriormente en unas huertas, con unos garajes para automóviles, datados del principio del siglo XX.
Continúan las bodegas del incendiado inmueble, donde montó el constructor villero don Manuel Martin Méndez su empresa de carpintería – construcción, hasta el final de los cincuenta del siglo XX, que se trasladó al paseo de Domínguez Alfonso.
El callejón lo completan varias viviendas de estilo canario, con techumbre de cuatro aguas. Finalizando en la finca mencionada.
A partir de ahí aparece una canal tapiada que conducía las aguas desde la ermita de Franchi hasta la Charca de los Ascanio, pasando por las traseras de las casas y mansiones de la calle Verde (Nicandro González Borges).
Aguas que procedian de la acequia final de las que bajaban desde Aguamansa y movían las maquinas artesanales de los Molinos orotavenses.
En la esquina del templo con su plaza, existía un chorro de hierro forjado de los importados desde Inglaterra en los años veinte del siglo XX, para el abastecimiento de agua potable.
Lo más llamativo de la calle es la entrada al tempo por la histórica puerta que nos conduce a las sacristías del mismo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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