miércoles, 20 de septiembre de 2017

LA OROTAVENSE CALLE GARCÍA BELTRÁN EN EL TIEMPO (I)



Otro rincón del romanticismo y de la ilustración que me viene a la memoria de mi infancia y juventud, un rincón lleno de arte, de amor, de paz, de juegos infantiles y de esperanza.
Una fotografía que me alucina, y que me lleva al pasado no muy lejano de mi Villa de La Orotava a ver una de las calles que conformaba el entorno de mi vida, de mi Barrio que siempre le conocíamos por “El Llano”. La calle García Beltrán a igual que la El Calvario entonces eran de pistas de piedras molineras y con depresiones laterales para el correr de las aguas pluviales. .
La panorámica refleja la orotavense calle que lleva el nombre de un hijo ilustre; don Lorenzo García Beltrán diputado en las cortes españolas (final del siglo XIX), el cual logró para la Villa que se amurallara con rejas de hierro de estilo anglosajón el Jardín de aclimatación “Hijuela del Botánico”, además de mejoras para el edificio del Ayuntamiento. Logros que consiguió en Madrid, gracias a los desvelos y amistad que poseía con Don Aureliano Linares Rivas (1841 – 1903) político español, hijo del escultor y abogado José Linares de la Peña y de María Rivas y Rivas.
Por la izquierda el edificio de estilo colonial desaparecido en su mitad al final de la década de los años sesenta, construido en el año 1877, instalándose en ese mismo año el Hotel con su primer apelativo comercial “Teide”, bajo los auspicios del comerciante don Luis Fumagallo natural de Turín (Italia). El día 4 de diciembre del año 1879, se hospedaron en él, los príncipes de Gales: Alberto y Jorge. El hotel cierra sus puertas al fallecimiento de don Luis Fumagallo en el año 1897. Cuatros años mas tardes (1901) compra el inmueble doña Enriqueta Humberset de origen Suizo, abriendo sus puertas de nuevo cinco años después (1906), pero con el flamante y definitivo patronímico “El Suizo”, el cual fue arrendado durante un tiempo por don Eulogio Méndez Machado.
En el año 1917, toma en calidad de traspaso el hotel, don Nazario García Pérez hasta el año 1943, en que el inmueble se vende en dos partes, la primera a los señores “Fuentes” y la segunda pasa a ser propiedad de un señor conocido por “Deogracias” y posteriormente por el inolvidable y atractivo malagueño afincado en la villa,  -a través del batallón de Málaga-  don Francisco Polo Verdugo que continua la industria hostelera como casa de huésped - bar – café.
Le siguen; esquina con la calle Juan Padrón (antigua de San Sebastián), Casa donde vivieron los amigos “Castro”, Casa de los Herederos de Pepe Hernández Fariña, que en la década de los años cincuenta del siglo XX existía una zapatería del orotavense “Inginio”. Casa de la familia Quintero (actual de los Herederos de Manuel Fariña Hernández) y casa de los Herederos de la familia “Ascanio”, que en su tiempo recuerdo que vivía en su parte alta doña Chana (ponía inyecciones), debajo dos garajes; el del chofer de la parada de “Los Ricos” don Agrícola González y el de don Alonso Ascanio. Al fondo casas propiedad de don Tomás Reyes, actual herederos de don Agrícola Rodríguez.
Por la derecha la plaza de Franchi Alfaro. Por aquella época, finales del siglo XIX, este espacio fue reordenado por vez primera, siendo considerado ya como plaza. Ello se debió a la iniciativa particular de los vecinos de la zona, que instaron al Ayuntamiento a iniciar las obras de mejora de un espacio que hasta entonces servía para la celebración anual de la festividad de los santos patronos, y para que el Batallón de Cazadores destacado en la localidad, realizara a diario sus maniobras e instrucciones.
Los terrenos eran propiedad de un familiar de Don Francisco de Franchi y fueron adquiridos más tarde por Don Luis Fumagallo y Don Miguel Rodríguez para convertirlos en una plaza, dotada de amplia arboleda y que sirviera como lugar de reunión y paseo de los vecinos.
Fueron realizadas varias obras que sirvieran como mejora del lugar, dirigidas por Don Aarón Luz de Otazo, que conocía tales menesteres convirtiéndola así, en lugar ajardinado y amurallada y que más tarde fue convertida en zona que sirvió incluso para los ejercicios del batallón de instrucción militar.
Fue a partir de 1879 y bajo la financiación de una suscripción popular, cuando el antiguo Llano comenzó a adquirir la fisonomía de una plaza con el levantamiento de muros de contención que actuaron como los límites urbanos del espacio público.
A ello había que añadir la paulatina plantación de árboles que a lo largo del tiempo fueron configurando la hermosa arboleda que aún conserva.
La entrada principal al recinto se hacía por un terraplén que existía al comienzo de la calle García Beltrán, sustituida por una amplia escalera (década de los cincuenta del siglo XX) que la comunica con la calle El Calvario.
Diez años más tarde, en 1889, la Corporación municipal acordó calificarla oficialmente como plaza, dedicando su nombre a uno de los inolvidables protagonistas de la historia de La Orotava, Juan Francisco de Franchi y Alfaro, quien consiguiera en 1648 el título de “Villa Exenta”, independizándose judicialmente de la ciudad de La Laguna.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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