sábado, 9 de diciembre de 2017

MI BELÉN DEL AÑO 1967



Este Belén lo construí con 16 años, en el Cuarto de la azotea de mi casa en la calle El Calvario, aún en construcción, donde años después lo utilicé para clases particulares a muchas generaciones, que en la actualidad bautizaron el aula por “El Gallinero de Bruno”.
Las piedras naturales las transporté desde la entonces descampada y en zona agrícola de “La Sidrona” con la carretilla artesanal que a titulo de préstamo me hizo Miguel Sacramento (fallecido), socio de los suministros – ventas en la calle El Calvario conocida por “Los Molinas”.

En las navidades del año 1967 un servidor estudiaba sexto curso de bachiller en el colegio de San Isidro de la Orotava, acababa de venir a vivir de nuevo a mi calle el Calvario después de vivir en la Villa Arriba El Farrobo en casa de mi hermana Carmilla por haber vendido mi pobre madre María la mansión familiar por problemas económicos de la mencionada calle con el número 34, donde nací y pasé una grata infancia y primera juventud. 
En aquel año se anuncia por la Orotava un concurso de belenes, mi familia en la casa anterior por navidades, todos los años ejecutaba un belén en el comedor o debajo de aquella encantadora escalera de madera de estilo canario, teníamos muchas figuras que mis hermanas y un servidor adquiríamos en las tiendas de la Villa casi todos los años. Estando viviendo en la calle El Calvario número 46, recién construida, los cuartos de la azotea no estaban aún terminados, los que aproveché para realizar el portal en las navidades del año 1967, y años después lo utilicé primero como vestuario del infantil Águila del Valle en baloncesto, la cancha estaba frente a mi casa, allí Casiano García Torrens y un servidor teñimos con pastillas de amarillo las camisetas que anduvieron en el vestuario del equipo, en segundo lugar para dar clases particulares que mi alumnos casi todos funcionarios de la banca, hostelería y de la docencia en La Formación Profesional, Bautizaron como el aula tipo “Gallinero”, debido al equipamiento que utilicé en la ventana, puerta, paredes y mobiliarios.
Aquel portal me salió espectacular, aunque no tuvo premio alguno, lo construí transportando piedras desde la huerta de mi familia cita en La Sidrona que aún ocupa el mismo lugar en la actualidad, pidiéndole prestada la artesanal carretilla de grato recuerdo a “Los Molinas”, especial a Miguel que entonces era el dependiente y al que le tenía mucho cariño. Los Molinas fueron vecinos hasta el mes de agosto del año 2010, me refiero al comercio. 
Evidentemente una artesanal carretilla que se construyó en los talleres de ebanistería de don Manuel Martín Méndez, a la que le pusieron dos ruedas y muelles de las antiguas Vespas italianas, era una carretilla fenomenal, pero la subida de las piedras desde la calle a la azotea de casa, sí que me costó muchísimo trabajo y esfuerzo lo mismo que volverlas a llevar a la mencionada huerta de La Sidrona.
Las primeras visitas al postal, eran de mis antiguas compañeras de bachiller en el Colegio de La Milagrosa y todas repetían lo mismo, “las piedras están muy bien colocadas y forman una montaña perfecta….”, utilicé el material de antaño piedras y mujo para las montañas y piedritas de cal para los caminos y arena para el fondo, polvos talcos para la nieve, y por ultimo papel azul para el cielo y platinas para las estrellas…
Este fenómeno de postales de Belén en la actualidad ha cambiado, las figuras son espectacularmente artísticas y la decoración más típica, referente a pueblos canarios en concreto, imitando casas, monumentos e iglesias de vuestra geografía del archipiélago.

BRUNO JUAN  ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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