lunes, 15 de enero de 2018

LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS SALESIANOS DE LA VILLA DE LA OROTAVA. BODAS DE ORO (1965 – 2015)



Fotografía referente a entonces alumnos salesianos del colegio de San Isidro de La Villa de La Orotava, retratado en el portada derecha de la fachada principal del colegio, al principio de la década de los años cincuenta del siglo XX.
De pie de izquierda a la derecha de arriba abajo: Jorge Linares Delgado, Evelio González Guardia, Miguel Linares, Manuel Fariña Hernández, Eduardo García Rodríguez, Isidro Fuentes Melián, Paco Mesa Bravo, Juan María Leis y Francisco Álvarez (Fafe), Don Teodoro Nieto (encargado entonces del oratorio festivo), don Claudio Sánchez  Martín (director) y Alfonso Dorta.
  
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (23/05/1973) estas notas.
Publicadas en el desaparecido rotativo entonces decano de la prensa tinerfeña  "La Tarde" de fecha, veinte y tres de Mayo de 1973: “…Inquietud. Espíritu y afán superactivos. Honda preocupación. Magnífica predisposición para cualquier obra. Interesante proyecto. Todos son factores que circundan la vida y el despliegue de actividades que desarrolla la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos de La Orotava. Una gran institución que se desvive por los problemas de su pueblo, con una completa y perfecta organización. Ahora mismo, vive horas de intenso trabajo y de plena dedicación en la preparación de unos actos que marcan unos días señalados en la vida orotavense. La Asociación goza de gran prestigio. Sus logros han trascendido, incluso a tierras peninsulares. Cada año, en cada edición puede apreciarse y palparse el general deseo de mejorar la anterior. Existe total identificación entre los componentes, que constituyen una auténtica familia. Y en esta oportunidad, en este 1973 que ya anda por su mitad, una significación especial porque la Asociación pretende cosas muy importante, y porque un hecho histórico -25 años de la llegada de los Salesianos al atractivo pueblo norteño va a tener directa relación con su vida. En el citado rotativo de fecha veinte y uno de Mayo de 1973, realicé un reportaje al hombre que evolucionó el Colegio San Isidro de La Orotava, dotándole de instalaciones deportivas y docentes, que en aquella época fueron consideradas de acreditado esplendor para la Villa, la cual carecía abrumadamente de ella. Me refiero concretamente al entonces Salesiano Don Antonio Granados Herreras, que contra viento y marea se lanzó  el arquetipo de hacer una obra de las denominadas "Monstruo", impresionando a todos los habitantes de La Villa de La Orotava de manera deslumbradora. Don Antonio cuando me hablaba de la próxima celebración de las Bodas de Plata de la llegada de los Salesianos a la Orotava, exponía lo que significaba para él tal acontecimiento; "...Totalmente satisfecho. Satisfecho por la estrecha colaboración y pronta correspondencia encontrada en todos los estamentos de la familia salesiana: comunidad, padres de alumnos, AA.AA., alumnos, archicofradía y amigos que sienten de veras nuestra presencia en La Orotava. Y satisfecho y emocionado por esa proyección tan enorme que todos los enumerados anteriormente quieren dar a nuestras Bodas de Plata. Todos están trabajando con ilusión y entusiasmo, pero la voz cantante la están llevando los antiguos alumnos. Estos nos están pagando con creces cuanto hemos hecho por ellos. Y de ellos me he sonreído, porque me estaba acordando de un hermano de Congregación, que me suele decir: - Cuando hablas de los antiguos alumnos se te llena la boca y te vuelves sentimentalozón -. Don Antonio trabajó muchos años en los salesianos de La Orotava, primero como asistente o tutor de mayores, luego consejero o encargado de disciplina, más tarde catequista o director espiritual, perfecto-administrador y, finalmente director. Don Antonio me resumió su vida orotavense con los siguientes discernimientos: Como deportista difícilmente te la puedo definir, pues no recuerdo haberlo sido en todos estos quince largos años en La Orotava. He trabajado por fomentar el deporte y por dotar al colegio de unas buenas instalaciones, y nada más. Por lo que respeta a mi vida de sacerdote, profesor y educador, son los demás los que deben definirme. Yo sólo he intentado consagrarme totalmente a esta misión salesiana nuestra, poner a disposición de la juventud y niñez todas mis energía e ilusiones. Puede ser que este año 1973, sea el último por ahora. Yo no pierdo las esperanzas de volver para seguir trabajando con vosotros. ¿Qué recuerdos tendré en los momentos de marcharme? Creo serán muchos y buenos, pues dejo por estas tierras muchos buenos amigos y muy gratas impresiones. Don Antonio no volvió, desconozco los motivos, pero por causas también desconocidas abandonó primero la comunidad salesiana y segunda el sacerdote, dejando de existir aun en plena madurez en tierras andaluzas. Soy partidario que este hombre merece un homenaje en la Villa de La Orotava, se ha acreditado veneración a destacados promotores  que lo fuero de su congregación, pero nunca trabajaron en la Villa.  Lo hombres que lo han hecho aquí con todo merecimiento no  han sido aun laureado en esta noble Villa. Y quiero recordarle a los villeros una vez más, que fueron los salesianos capitaneado por Don Antonio Granados y promulgado por los AA.AA., los que lograron para este pueblo norteño unas impresionantes instalaciones deportivas en época de escasez total de ellas.
Continuando con el escrito de Salvador García, en La Tarde del 23 de Mayo de 1973, reproduzco una breve sinopsis histórica de los AA.AA. Salesianos: Propicio momento entonces para trazar una síntesis de la historia de la Asociación. Tuvo sus inicios con algo bien sencillo: el acercamiento de grupos de antiguos alumnos, con visitas al colegio los días 24 de cada mes. La consagración definitiva, podríamos decir, tuvo lugar en el año 1965 con la incorporación del Rvdo. Padre Antonio Granados al Colegio, para figurar como el primer consiliario de la Asociación. En principio, hubo un cierto desfase en la Asociación, que habría de superarse paulatinamente con la inclusión del Rvdo. Padre Manuel Porlán López, como nuevo consiliario. Habría que continuar la labor ya iniciada, superarla, y en ese sentido, siguieron impartiéndose las clases nocturnas, siguió compitiendo el equipo de baloncesto y se dieron paso, con buena acogida, a los cursillos prematrimoniales, a las reuniones de matrimonios, charlas cuaresmales. Otro logro importante, fue que se instauró un bosquejo de Bolsa de trabajo. Al cesar Porlán López y con la vuelta de Granados como director del Colegio, ocupó el cargo de consiliario, el Rvdo. Padre Carlos Sarabia Cabello de Alba. Esta nueva etapa estaría marcada por la orientación que ya se había propuesto con anterioridad, y posteriormente, accedería al mismo cargo el Rvdo. Padre Miguel Raigón Córdoba. Por último, y definitivamente, el propio director del Colegio, Antonio Granados, se hace cargo de la Asociación hasta hoy. Con Granados al frente, hubo un cambio importante, pues se estructuró la misma, eliminándose, o mejor, suprimiéndose los cargos directivos. Se formaron entonces, grupos, distintas comisiones de independiente trabajo. En esta nueva época, lo primordial fue la colaboración estrecha de la Asociación con el colegio para lograr los objetivos de la construcción de instalaciones deportivas, para concluir felizmente la "operación cemento". Puede decirse que el pueblo respondió plenamente a la idea. La Asociación ya calaba hondo en el ánimo de los orotavenses. También, y en otro orden de cosas, comenzaron los contactos con los antiguos alumnos de otros pueblos…”
El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ISIDRO FUENTES MELIÁN, remitió entonces (10/01/2014) estas notas: “...La foto corresponde  a los componentes de la Compañía del Santísimo (o de Jesús) grupo formado por los que teóricamente destacaban en alguna faceta de la vida religiosa o espiritual y la académica (los "niños buenos" del colegio). Don Ricardo no está en la foto. Era el Consejero responsable del orden y la disciplina. Junto a Don Claudio está Don Teodoro Nieto que se encargaba de la vida espiritual y religiosa. Don Teodoro me puso un diez (10) en griego (en ¡¡ Griego!!) que todavía me ruboriza al recordarlo, por adornarme con cualidades que no poseía para que cundiera el ejemplo de los componente de la "Compañía de Jesús".  Soy el último de la izquierda de la última fila con pantalones bombachos. Un saludo…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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