lunes, 19 de febrero de 2018

EL SUIZO



El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; NAZARIO HERNÁNDEZ GARCÍA (CHILE), remitió entonces (10/03/2014) estas notas que tituló “EL SUIZO”: ...Mis recuerdos más afectivos son claro está, para el Hotel Suizo. La mayor parte de nuestra infancia y adolescencia, se forjaron en su integridad en el Suizo y los recuerdos amontonados allí, fluyen ahora de forma fácil y abundante .Y son tantos y tan variados que no es tarea sencilla coordinarlos.
Y al mirar a las ocas y demás columpios, vigilando a los niños en sus diversiones, veo una circular fuente de aguas algo turbias, en espera del personal de cuidados y limpieza, que harán de ella, un elemento digno y acorde con el entorno que la rodea.
El hotel, que ocupaba todo el edificio comprendía desde la calle Calvario hasta la esquina bajando la calle García Beltrán, subía por la actual calle Juan Padrón que se le conocía corno el Callejón del Loro. No sé el número de habitaciones de que disponía y ocupaba tanto la primera planta como la segunda. Tenía una cómoda y amplia cocina y un bien cuidado comedor. Mi abuelo Nazario al que todos conocían y llamaban el Patrón era, una persona pulcra y cuidaba todos los menores detalles imprescindibles para ofrecer al cliente una agradable estancia y exquisita comida. En la entrada por la calle Calvario que me parece se conocía por calle  Fermín Galán se encontraba lo que hoy sería una cafetería y se le conocía por el Cafetín, se utilizaba preferentemente para reuniones y para tomar una que otra copa al atardecer I en la calle García Beltrán anexa al Cafetín existía otra pequeña sala que utilizaban los conductores de los coches de alquiler cuando no estaban de servicio, pasaban el rato y el aburrimiento, que la falta de ocupación laboral producía, jugando unas apasionadas partidas de tutee Juego que nunca llegue a comprender. El chófer preferido por mi abuelo cuando nos llevaba a Aguamansa a ver a mi tío Manolo que tenía allá arriba 10 que hoy sería un chiringuito o guachinche, era Don Plácido Villar no sé si porque era muy tranquilo en la conducción o porque el coche era mayor que los otros y cabíamos en el más nietos que en los otros. Ahora al recordar estas excursiones a Aguamansa mi mente se recrea en la alegría que su rostro ya con alguna que otra huella por el tiempo pasado reflejaba... ¡Dios mío que persona más buena era¡... lo llamábamos Papá Chile, era la bondad personificada, con una mirada llena de cariño, que nos envolvía a todos bajo el manto de su paternidad. Le recuerdo muchísimo y ahora que gozo de la riqueza de ser también abuelo intento igualarlo en esta faceta pero su bondad y cariño considero que es empresa ardua y difícil de conseguir. A todas esa virtudes unía la de ser un excelente jardinero y mejor cuidador de pájaros. Pienso que el quizás sin quererlo y bajo el manto de tanto cariño me traspasó esa semilla creando en mi una especial afición a las flores y a la pajarería .Siempre al llegar la primavera, preparaba innumerables y variadas masetas de claveles, que regalaba a la Parroquia de la Concepción para el adorno en el arreglo de los ciriales que recrean más la procesión del jueves de las alfombras como todos conocemos ese día.
Muchos y de variadas nacionalidades fueron los huéspedes del Suizo. A principios de la primera guerra mundial por 1914 muchos alemanes que intentaron emigrar a América del Sur aprovecharon el paso de los barcos, ya que por Tenerife era obligado y "al encontrar nuestra tierra y su cálido clima cambiaron sus planes y optaron por quedarse. El hotel Suizo les acogió con cariño al tiempo que significaron un remedio para la escasa economía, eran gente buena que al sufrir las penas de la emigración, abrían sus corazones y conocimientos técnicos a quien le ofrecía su amistad. Entre otros recuerdo a Don Francisco, Don Federico y Don Alberto que con otros tantos nos enseñaron a comprender lo bonito de la paz y convivencia.
También quiero detenerme en personas que me ofrecieron mucho cariño, como Don Jerónimo, de profesión Veterinario. Nunca supe la razón por la que tenía una especial disposición hacia mi persona, disposición que era recíproca, porque solía regalarme libros que me sirvieron mucho cuando fui creciendo y que influyó en mi posterior afición a la lectura.
La Plaza del Llano, más tarde fue sufriendo varias transformaciones para su mejora. Fue una excelente cancha de baloncesto, donde equipos de la Villa corno Huracán, Independiente y otros conocieron mañanas de alegría. Su pavimento fue mejorando e incluso Se le dotó de dos amplios tableros de ajedrez, incrustados en su pavimento, que no recuerdo hayan sido utilizados alguna vez. Una lástima. Y en la memoria de todos están esas preciosas galas de elección de reinas de fiestas, gracias a las cuales, con sus artísticos escenarios, aumentan y enaltecen la belleza de las elegidas. Al llegar el amanecer, esa hora que tan ilustremente nos describió Don Miguel de Cervantes lila hora del alba", las tórtolas, mirlos, palomas y pajarillas nos llenan de gratitud y fuerzas para la tarea diaria...”.

BRUNO JUAN  ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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